Resistencia anaeróbica

Este tipo de resistencia puede definirse como la capacidad que tiene un sujeto para realizar un gran esfuerzo físico con un faltante de oxígeno. Cuando una persona realiza deporte a un nivel muy intenso, en ocasiones no consigue tomar la cantidad de oxígeno que precisa. Existen dos tipos de resistencia anaeróbica:

  • Aláctica: se hace referencia a este término cuando los ejercicios o los esfuerzos se llevan a cabo a gran intensidad en un corto periodo de tiempo. De hecho, no suelen durar más de dieciséis segundos, en los cuales la cantidad de oxígeno respirada es prácticamente nula.
  • Láctica: en este tipo de resistencia anaeróbica, la actividad o el esfuerzo tiene una duración máxima de tres minutos, en los cuales el deportista genera sustancias de desecho que son las causantes de provocarle la fatiga.

Es recomendable no realizar ejercicios anaeróbicos por más de tres minutos, ya que podría llegar a ser peligroso para el individuo al no disponer de prácticamente oxígeno. Algunos tan solo se pueden sostener durante quince segundos, en cambio otros hasta los tres minutos.

La resistencia anaeróbica en el fútbol

La resistencia anaeróbica de un jugador en el ámbito futbolístico, puede definirse como su capacidad para adaptarse a una carga de trabajo en situación de competición, obteniendo a su vez un alto nivel de rendimiento.

Disponer de una buena resistencia anaeróbica mejora la fortaleza de los músculos utilizados, asegurando así un nivel óptimo en la realización de los movimientos. Gracias a ella, el jugador también podrá tolerar mejor las carreras repetidas de alta intensidad, así como el resto de ejercicios presentes en la competición, tales como saltos, arranques y golpeos.

Por lo tanto, la resistencia anaeróbica permite aguantar un ritmo elevado durante más tiempo en aquellas acciones de la competición.  Además, el futbolista será capaz de adaptarse mejor a los cambios de ritmo del juego exigidos en esta.

Este tipo de resistencia, la cual es utilizada en los entrenamientos y los partidos de competición, estará presente en todos los parámetros que componen la estructura del fútbol, tales como la técnica, el reglamento, el espacio de juego y su empleo, el tiempo de juego y su utilización, y la estrategia y la comunicación motriz.

Los niveles de la resistencia

Se pueden distinguir tres niveles de resistencia:

  1. El nivel general: a partir de aquí se crea la base de la resistencia del jugador en el fútbol. Se caracteriza por incluir todos los aspectos de la misma, con un formato muy simple y con apenas o incluso sin carga decisional.
  2. El nivel dirigido: el cual está enfocado a las exigencias específicas de la modalidad. Se caracteriza por incluir todos los aspectos y resistencia propia del fútbol, con un formato específico y con poca carga decisional.
  3. El nivel especial: este nivel estará orientado hacia la resistencia en el fútbol. Se caracteriza por incluir todos los aspectos y resistencia exigida en el fútbol e incluso aumentada, con un formato totalmente específico y con una alta carga decisional.

Diferentes métodos para el desarrollo de la resistencia

  1. Entrenamiento continuo intensivo

Gracias a este entrenamiento, el futbolista mejorará su umbral anaeróbico. La mejor opción es realizar carrera continua durante unos treinta minutos aproximadamente, la cual debe llevarse a cabo a una intensidad de entre el ochenta y cinco y el noventa por ciento de la frecuencia cardíaca máxima.

  1. Entrenamiento interválico de alta intensidad

El futbolista podrá mejorar su capacidad aeróbica y anaeróbica. La duración de este entrenamiento será menor que la del continúo, por lo que los jugadores estarán más motivados.

  1. Capacidad de repetir sprints

Consiste en la capacidad del futbolista para llevar a cabo un determinado número de esfuerzos de alta intensidad, los cuales se alternan con periodos de recuperación incompleta. Hay que tener en cuenta que durante un partido de fútbol, el jugador tendrá que repetir esfuerzos máximos que se intercalan con periodos de recuperación muy cortos. Por este motivo, resulta imprescindible el entrenamiento de esta capacidad.

Con el fin de mejorar sus parámetros, el esfuerzo no puede durar más de seis segundos. Un buen método de entrenamiento es realizar sprints de dos o tres series de cinco o seis repeticiones.  Estos se llevarán a cabo en una distancia comprendida entre los quince y los veinte metros. El futbolista dispondrá de una pausa de recuperación pasiva de catorce segundos o de veintitrés de  recuperación activa.

  1. Juegos reducidos

A través de este tipo de entrenamiento, el futbolista desarrollará la táctica y la técnica, además de sus capacidades físicas. Normalmente, se llevan a cabo partidos de corta duración en espacios reducidos. En ellos participan menos jugadores de lo que es habitual en el fútbol 11.

Los juegos reducidos se realizan a modo de réplica de un partido, para que así los jugadores mejoren su rendimiento y estén preparados cuando tenga lugar el partido real.

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